domingo, 6 de marzo de 2016


[Sobre el Áuragos]


<< Contemplada quedaba la Cúspide de Instántea, rota y posada sobre alguna que otra marisma de iones, gas y capas de hielo muerto. Aquella anomalía resultó de una guerra vieja y aún nadie buscó entenderla ni removerla. Tan solo quedó ahí silente, paralítica y vigilante. Todos sabíamos que conectaba con otro punto de la galaxia: y todos sabíamos que era portal a ninguna parte.

Pero aquel no era el caso. Y uno debía fijarse al interior de la Concúpiscie Estatal y no a lo que la rodeaba. El aforo lleno y vibrante era eternizado por múltiples castas del Jerarcos del Áuragos reunidos, coincidentes, en aquel momento y lugar de la galaxia, lejos de los grupos locales de sistemas solares menos poderosos. Las prefacturas no tenían alcance y solo los sectores más enriquecidos aguantaban a enviar representación. 

Era una Asamblea clásica del Hegemonión, como siempre. 

Allí hablaba ya el Emperatrón, en un mantra perturbado únicamente por su voz rota. Otros como los Chaos Regis más arriba y los más altos, como el Asta Blanca, reposaban poderosos sobre los demás xenodores. Pero en silencio. Sin embargo, no había acuerdo y el Gaargantos Legislázador optó por proceder a callar al viejo híbrido. No obstante, éste se levantó. 

- Y dijese cuándo ni cómo que la vida misma es evolutiva a costa de todo lo demás y cuéntenos, Hegemonión, dónde acaso ha dejado de ser así. Áuragos lleva tiempo quieto y las amenazas externas aclaman inquietas. Yo propongo la solución definitiva a todo enemigo y poder. A la muerte misma. E incluso a los impuestos de comercio - se rieron algunos -. Yo propongo engendrar un protodios. Un ser mitad orgánico mitad todopoderoso cuya base biológica sea amplificada hasta la exageración y haga tener miedo al Arquitecto mismo. Hagamos un protector de todo conocimiento andromedano, de todo pueblo andromedano y de todo mundo andromedano. Hagamos un coloso entre las estrellas, fiero eterno redentor. Hagamos al muro de muros y a la utopía hecha carne... 

- ¿A quién propones, oh Emperatrón, para semejante diana de recursos, fe y tiempo? ¿Quién aceptará engendrarse Dios falso pero efectivo? 

- Yo mismo, Asta Blanca. Yo seré nuestro protodios. Y haré del Áuragos algo eterno >>.

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