martes, 8 de marzo de 2016


[Sobre los recuerdos de Vía]

"Mos. Sin duda alguna era una celebridad. De pequeño había sido seleccionado como modelo por sus ojos quimera, uno gris pálido y otro verde selva. Sus rasgos ya llevaban impreso un talante varonil y unas formas firmes y definidas. 

Vegano de familia tras el periodo de lactancia, nunca estuvo falto de nada y, aunque podría haber lucido algo más delgado que la media de los niños de su edad en aquel entonces, fue de los pocos que no padeció algún infarto temprano. Ni diabetes ni obesidad. Tampoco problemas de acidez, digestivos, de insomnio, principios de artrosis, inflamación crónica ni jaquecas.

Constituyó pronto un referente del movimiento vegano en cuanto a salud y físico y sin discusión proporcionó nueva inercia al movimiento durante la década de 2143, momento para el cuál prácticamente el sesenta por ciento de la población humana, terrestre y colonial, era vegana.

Sin embargo, todo se torció de un día para otro. Como buen periodista, trato de conocer su historia. La historia antes de su macabro asesinato.

Al parecer, sucumbió ante algo feroz y antiguo. Había sangre no humana en su apartamento. Pero terriblemente terrícola: la filogenética concretaba que se trataba de un ser que evolucionó en la Tierra y que estaba ciegamente emparentado con los grandes saurios extintos. El estudio forense de su chip-córtex reveló la aparición de una entidad de gran volumen, ojos rasgados y mandíbulas prominentes.

El video no ha sido aún presentado a los medios públicos y aunque todos tienen por claro que se trataba de un réptaro, nadie figura quién debió ser. No se avistan réptaros desde la Noche de los Trece Años y sin duda se trata de un caso aislado.

Mi teoría encabeza al mismísimo monstruo de todos los libros.

Mos era querido por todxs. Siempre ayudó a sus similares. Y a lxs que no lo eran tanto.

Es hora de que la Tierra y sus colonias conozcan la verdad."

No hay comentarios:

Publicar un comentario