jueves, 10 de marzo de 2016



[Sobre el Maestro de los Relojes Dormidos]


"Un transhumano frágil, enfermo y solo.

Dos siglos de viaje lento, frío y callado.

Tres luces en el monitor crepitante, pálpito y engendrado.

Cuatro capas de traje que le separan del abismo quieto, ancestro y eterno.

Cinco dedos para acariciar la suerte embebida, frustrante y parásita.

Seis masas de fuego orbitan su núcleo vibrante, quebrado y detenido.

Siete respiraciones por minuto en su traje viejo, inerte y hogáro.

Ocho gigatones de antimateria rota, hambreada y lisa.

Nueve mil metros desde su nave absorta, vacía y viuda.

Diez. Tic-tac. Tic-tac. Los segundos que tardarás en entender, transhumano... Que ahora has caído en la trampa del Maestro de los Relojes Dormidos. 


No hay salvación para tu pueblo.


Era todo mentira.


Tic-tac.

Cronóthoros te atrapó.

Y no hay vuelta atrás.

Eres. Mío."

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