[Sobre el Maestro de los Relojes Dormidos]
"Un transhumano frágil, enfermo y solo.
Dos siglos de viaje lento, frío y callado.
Tres luces en el monitor crepitante, pálpito y engendrado.
Cuatro capas de traje que le separan del abismo quieto, ancestro y eterno.
Cinco dedos para acariciar la suerte embebida, frustrante y parásita.
Seis masas de fuego orbitan su núcleo vibrante, quebrado y detenido.
Siete respiraciones por minuto en su traje viejo, inerte y hogáro.
Ocho gigatones de antimateria rota, hambreada y lisa.
Nueve mil metros desde su nave absorta, vacía y viuda.
Diez. Tic-tac. Tic-tac. Los segundos que tardarás en entender, transhumano... Que ahora has caído en la trampa del Maestro de los Relojes Dormidos.
No hay salvación para tu pueblo.
Era todo mentira.
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